En un mundo estridente el silencio es extraordinario

Con extraordinario me refiero a que sale de lo ordinario. Es algo raro, diferente y como sucede con lo diferente, se rechaza por principio.

Hemos aprendido a rechazar al silencio.

Te compartiré mi experiencia personal.

Desde hace algunos meses, tal vez un par de años, tome una decisión consciente y personal. Resultado del hecho de que muchas veces decir algo, mi expresión facial e incluso el tono de mi voz era tomado como agresividad decidí, cada que fuera posible, guardar silencio y mantener una actitud neutral.

Resultado de este cambio, que no siempre me ha resultado factible y que muchas veces se ha convertido en un ejercicio de prueba y error, he recibido reacciones diversas, me han preguntado si estoy enojado (la más común) o si estoy triste o me preocupa algo, también me han asegurado que tengo sueño (lo cual, por cierto, es muy fácil de acertar) o bien lo trasladan a sus vidas propias y creen que mi silencio es porque "me caen mal".

Estoy seguro que te ha pasado esto anteriormente, sé que esto no es exclusivo y que muchas veces has estado ahí, lo sé porque eres la clase de persona que busca estas reflexiones y por eso estás leyendo esto. 

El silencio, por su condición extraordinaria, es un tesoro.

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Un tesoro que es recurso no renovable porque está en función del tiempo pero que, sin embargo, se puede cultivar y darle valor.

El silencio, desde su propio valor, se convierte en un regalo, para ti y para los demás. 

Es una ventana que te permitirá asomarte a otras maneras de ver el mundo. En una reunión al guardar silencio tendrás frente a ti una ventana de pensamientos diversos y como cualquier ventana podrás ver cosas hermosas o cualquier cosa que ocurra en ellas. 

El silencio es una puerta de entrada hacia las demás personas pero también hacia tí. 

Como hombre el silencio es una herramienta de aprendizaje y construcción. Somos constructores. Escucha en silencio y con atención a los demás, a tu pareja, a tu prospecto, a tu cliente, dale espacio de expresión, dale tiempo para que se relaje y aumente su comodidad. El silencio se convierte en aprendizaje cuando escuchamos con todos los sentidos. Recuerda que el aprendizaje depende solamente de nosotros. Aprende a dominar el silencio y conviértelo en una herramienta a tu servicio.

El silencio es tiempo en si mismo. Tiempo de conexión con el mundo y cuando estás solo es tiempo de conexión contigo mismo.

Aprende a guardar silencio y dale ese regalo (tú sabes que es un regalo) a los demás, muestra atención e interés y verás que la magia sucede. 

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