Crisis de identidad masculina

Este post quizá resulte pesado y teórico, pero es momento de entrar en materia y estoy seguro que tal vez te resulte más familiar de lo que parece.

Conozco a varios hombres, y también algunas mujeres, que están preocupados por algunas situaciones de los hombres que se pueden identificar como una crisis. Situaciones, por ejemplo, en las que el hombre no sabe como comportarse o como decidir sobre asuntos que culturalmente le incumben a los hombres 

¿Te has sentido así en algún momento? 

Si has sentido que no sabes como enfrentarte a situaciones que aparecen en tu vida y te sientes inseguro o sientes que no perteneces al lugar en el que estás, tal vez estés pasando por una de estas crisis. 

Esto se debe a diferentes factores que no solamente vivimos de manera personal los hombres, sino que tiene que ver con un contexto social y cultural del que no podemos desprendernos fácilmente. Factores que vienen de nuestros padres y madres y otros elementos que nos acompañaron en nuestro crecimiento por mucho tiempo.

Este tipo de situaciones tienen su origen en nuestra infancia o adolescencia. En la infancia tenemos dos etapas de formación, la primera, en términos generales ocurre de 0 a los 7 años y es cuando estamos dentro del seno familiar más cerca de nuestra madre o una figura materna importante; y la segunda etapa que se encuentra de los 7 a los 15 años, etapa en la que fuimos adquiriendo hábitos, tendencias y costumbres con los que desarrollamos nuestra identidad personal. 

Es sobre todo en la segunda etapa, de los 7 a los 15 años, en que la convivencia con los hombres que se encuentran a nuestro alrededor influye de manera importante en determinar la manera en que nos presentaríamos ante el mundo, cuáles serían nuestras creencias de lo masculino y como estás condiciones interactuarían con lo femenino. 

Un ejemplo de este periodo de formación de la personalidad son los "círculos de hombres", que históricamente se realizaban en antigüedad, desde las primeras tribus hasta prácticamente toda la historia de la humanidad. Es justamente en ese periodo de formación en que la separación de la madre ya era manifiesta y los niños se integraban a esos círculos rituales para que pudieran tener contacto con la claridad, la fuerza, la firmeza del carácter masculino y que sembraban la semilla de la supervivencia y el sustento desde una perspectiva de hombres. 

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Las crisis que se presentan en hombres adultos de diferentes edades tienen sus orígenes en ese periodo de formación infantil. En nuestros tiempos se han visto acrecentadas principalmente porque desde la segunda mitad del siglo XX estos "círculos de hombres" son cada vez más ausentes y en los últimos 30 años se han visto a una modificación cultural producto de los medios de comunicación a los que estamos cada vez mas expuestos y que nos dicen como deberían ser los hombres pero que no corresponden con la realidad porque estos modelos de hombres a los que somos expuestos no tienen su origen en un esquema funcional sino en lo que la cultura dice de ellos. 

Tal vez pienses o identifiques alguna crisis en la que te has encontrado y no solamente una sino quizás más. Esto es normal ya que la crisis depende del tipo de vivencia a la que nos enfrentamos en diferentes etapas de nuestra vida; ya sea con la pareja, con los hijos o familiares, en el ámbito profesional o incluso sexual. Existen muchos tipos de crisis en las que no sabemos que rumbo tomar como hombres porque, precisamente, no tenemos la claridad, seguridad o firmeza que normalmente deberíamos haber adquirido de nuestros hombres en cierto momento de nuestra formación. 

¿Cómo y cuando entramos en estas crisis? Eso depende de la vida de cada uno de nosotros, como te comenté anteriormente, suceden vivencias que nos enfrentan a crisis y pueden ocurrir a cualquier edad. Al presentarse recurrimos a diversas herramientas para solucionar estas crisis, con herramientas me refiero a aprendizajes que hemos tenido por nosotros mismos o bien a creencias que tenemos desde hace mucho tiempo. Si estas herramientas con las que contamos fallan entonces nos sentimos perdidos. 

Estas crisis de identidad se reflejan en diversos momentos de la vida, a veces a los 30, 35, 40 o incluso después. He conocido casos de hombres que a sus 60 años no saben tomar decisiones, les cuesta trabajo tomar decisiones para su propia vida, ser conscientes y firmes, no solo en su vida profesional sino de pareja. Estas crisis de decisiones son comunes en los tiempos que vivimos. 

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Pueden ser muchos los efectos de estas crisis masculinas, sentimos que no podemos sostenernos a nosotros mismos, a nuestra pareja, nuestro trabajo o profesión, no me refiero al sustento económico sino a sostener de manera estable un objetivo y esto nos afecta también en nuestras relaciones, como nos relacionamos con otros hombres pero sobre todo como nos relacionamos con nuestro entorno, como nos comprometemos con nuestra pareja, nuestros hijos, nuestra familia o trabajo.

Esta crisis, por supuesto, también se replicará en los más jóvenes y se está convirtiendo en un circulo vicioso, mientras que por otro lado las mujeres cada vez se hacen más consientes de su identidad, de su fuerza y se su legado, los hombres, el genero masculino carece de esta claridad e identidad, y no es porque así lo deseamos sino porque es algo que simplemente ocurrirá.

¿Te suena familiar lo que te acabo de plantear? ¿Te sientes identificado? ¡Ya lo creo! No eres el único. 

Ahora ¿De que manera podemos tener más claridad y fuerza como hombres? Es necesario un proceso, un proceso de conocimiento a través de aprendizajes propios y depuración de creencias que no sirven en el contexto social actual, no solamente para la convivencia cotidiana con nuestro círculo personal, sino con todo nuestro entorno. Hay que redescubrir nuestra esencia masculina, se requiere de trabajo profundo y sobre todo el deseo de querer crear nuevos modelos de formación y creencias para lograr un equilibrio personal y también con nuestro entorno.

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